lunes, 12 de octubre de 2015

Lima en 72 horas: Parte I Sanguchería La Lucha

Lima en 72 Horas: Parte I Sanguchería La Lucha

¿Que un viaje internacional no se organiza en 15 días?
¿Que sólo viajar por 72 horas a otro país?
¿Que sólo ir a comer?
¿Que invertir tiempo y dinero en un viaje tan corto?

Pues todas esas preguntas fueron respondidas haciendo un viaje, programado de la nada.. con el encanto de no seguir las "reglas" y rumbo a una de las capitales gastronómicas de América... ¡Lima!

¿Que había escuchado previamente?... que la comida peruana es una de las mejores del mundo, con influencia oriental, con sabores fuertes.. y con las mejores recomendaciones de mi amigo Yul Tellez (Diseñador Industrial + Chef y uno de los nuevos talentos de la cocina colombiana), nos aventuramos con otro mosquetero, por supuesto amante de la cocina y la buena mesa, a pasar 72 horas en la capital Inca, con la misión de hacer una verdadera expedición gastronómica... una que nos llevará desde lo más autóctono de una plaza de mercado... hasta las mesas del rimbombante Central, clasificado en el 4to lugar del mundo para el 2015, de acuerdo al ranking patrocinado por S.Pellegrino & Acqua Panna.

Quienes deseen ver más detalles pueden hacerlo en:
http://www.theworlds50best.com/list/1-50-winners/Central 

... y así comienza esta historia: 

Día 1: La noche del Callao nos recibe

Después de un vuelo de 3 horas desde Bogotá D.C., llegamos al Callao, con toda la emoción de quien llega a un lugar por primera vez ... o que regresa a uno donde se han tenido gratos momentos (caso de Yul), mi primera impresión... el manto de luz de la ciudad, similar a la de aquella de la cual partí, y esbozos de una bahía bañada por el Océano Pacifico... linda panorámica nocturna; mi segunda impresión... ¡las casas parecen salidas de un Lego!... todas son cuadradas, pero claro, me explican que obedece a la poca pluviosidad de esta capital... razón por la cual no requieren los techos con caída (pero una cosa es saber ese dato previamente y otra muy diferente observar por primera vez como ese hecho influye en los diseños... insisto todo me parecía tan cuadro).

Una vez instalados y armados de soles, nos dispusimos a iniciar nuestro recorrido gastronómico... un ají de gallina fue nuestra primera parada, acompañado de unas buenas cervezas (mucho más grandes que las colombianas y con excelente cuerpo y sabor); buen inicio de la noche... ¡pero necesitábamos más!... y es así como emprendimos el camino hacia una de las "sangucherias" más emblemáticas de la ciudad: La Lucha.

Sanguchería La Lucha

Este local se encuentra en el marco del parque Central de Miraflores, brindándole un ambiente animado, por locales y extranjeros, que hacen de este sitio, un lugar de encuentro.

Cuentan con una carta de jugos generosa (Básicos, surtidos, cremosos, frozen, granadilla, exóticos y shakes), en la cual hacen presencia una variedad de frutas exóticas como la lúcuma, la cocona (lulo), la lima (no muy común en Colombia), el aguaymanto (uchuva), la tuna (nopal o higo en Colombia); tubérculos como el yacón y la hierba luisa (verbena) y por supuesto una de las bebidas emblemáticas del Perú: la chicha de maíz morada.

Respecto a las carnes, las opciones no son menores, y puede degustar desde pavo, hasta cerdo, res y pollo en diferentes presentaciones... todo es muy rico, pero sugiero que pruebe aquellas que tienen una preparación a la leña, acompañadas de papas fritas Huayro (tienen una consistencia diferente a las variedades que se dan en Colombia) y alguna de sus magníficas cremas (salsas), entre las que recomiendo su versión de la tártara, de ají, aceituna y golf.

Toda esta combinación le brindará una excelente experiencia de sabores peruanos, combinado con una relación precio/calidad excelente.

Con esto hicimos el cierre de jornada y quedamos prestos para nuestro siguiente día, mucho más variado y que prometía llevarnos desde las plazas de mercado hasta los pináculos de la comida peruana, que este año dieron sabor latino a la clasificación de los 50 mejores restaurantes del mundo (Parte II).